jueves, 14 de junio de 2007

Maridaje


Se denomina maridaje al arte de combinar platos y vinos con el objetivo de lograr una sinergia de aromas e, incluso, de colores. Es un arte subjetivo, abierto a constantes aportaciones.

Cuando se trata de adecuar un vino a una comida, existe una norma lógica que podemos seguir: debe existir una armonía entre cada vino y el plato al que acompaña, para que ninguno de los dos prime sobre el otro.

La relación entre vino y comida puede buscarse por afinidad o por contraste de sabores, aunque hay quien es partidario de tener en cuenta la textura o el aroma de los platos a la hora de combinarlos con el vino. El gusto personal y la experiencia son la mejor guía al respecto. No obstante, en el caso del vino de Rioja existen algunas pautas suficientemente contrastadas que conviene no perder de vista.

El ajo, la cebolla, el vinagre y el pimentón son los grandes enemigos del vino. Otros alimentos no recomendables son: el apio, nefasto para vinos jóvenes y cavas, aunque admite rosados o blancos semisecos; los berros, que aumentan la astringencia de los tintos; las alcachofas, que sólo combinan con rosados afrutado; o los huevos.

Por lo general, se pueden hacer las siguientes combinaciones:

Vinos blancos secos y jóvenes: aperitivos y entremeses, verdura y legumbres ligeras, ostras y mariscos, pescados, quesos de cabra
Vinos blancos fermentados en barrica: platos de pescado, menestras, hojaldres de verduras.
Vinos blancos secos de crianza: pescado sustancioso, asados de carne blanca.
Vinos blancos dulces (semisecos): postres, platos fríos
Vinos rosados: entremeses, platos ligeros, carne blanca
Vinos tintos jóvenes: arroz, pasta, legumbres, verduras, carne blanca asada o en salsa, carne roja, quesos semiduros y con moho.
Vinos tintos Crianza y Reserva: legumbres sustanciosas, carne blanca rellena, carne de vaca, cordero, ternera, cerdo, quesos de oveja y pasta fermentada.
Vinos tintos Gran Reserva: grandes asados de carne roja, platos de caza, quesos muy curados, recios y especiados.
Cavas: aperitivos con brut muy frío, postres con semisecos o dulces (nunca un brut)


La temperatura

Cada tipo de vino tiene su temperatura óptima de degustación. La palabra francesa "Chambrer" ya no se utiliza para decir de poner la temepratura de la pieza, porque en los apartamentos modernos el termómetro indica a menudo en invierno 21 a 24 grados, mientras que antes la temperatura no subía más de 17 -18 grados en los comedores.

Los vinos blancos exigen estar frescos. "Refrescar" no quiere decir helar. A una temperatura inferior a 6 grados, estamos bajo el nivel de percepción. Refrescar significa igualmente bajar gradualmente la temperatura. Ponemos la botella en un bolde a mitad lleno de agua y agregamos algunos hielos. El vino adquiere rápidamente en el vidrio uno o dos grados más.

Vinos blancos: secos, beber muy fresco(8 °C). Los blancos muy complejos, con carácter seco, se aprecian entre 10 y 12 °C. En cuanto a los blancos ricos, graseosos y blandos pueden soportar 13 a 14 °C en el vaso.

Vinos rosados: son vinos jóvenes, frescos y con sabor a frutas. Servirlo a la temperatura de una buena bodega, es decir 9-10 °C.

Vinos tintos: Vinos tintos: ligeros, bebidos jóvenes o viejos 9-10 °C. Los tintos más estructurados soportan uno o dos grados cuando son bebidos adolescenes (13-14). Los grandes vinos serán servidos a 15 o 16 °C, mientras que los más ricos en tanino alcanzarán los 16 a 18 grados, el límite superior (18 °C) es para los vinos más viejos.

Si te interesa saber más acerca del vino, visita esta página, es muy buena y tiene muchísima información.

http://www.lariojaturismo.com/intro/

0 Comments: